Identificación de activos: Cada activo debe tener una identificación única, como un código de barras, un código QR, un número de serie o un chip RFID. Esta identificación permite rastrear el activo a lo largo de su viaje logístico.
Registro de datos: Se deben registrar datos relevantes sobre cada activo, como la fecha y hora de recepción, la ubicación actual, las condiciones de almacenamiento, los movimientos dentro de la cadena de suministro, entre otros.
Tecnología de seguimiento: Se utilizan diversas tecnologías para realizar el seguimiento de los activos. Esto puede incluir sistemas de GPS, RFID (Identificación por Radio Frecuencia), IoT (Internet de las cosas), y sistemas de gestión de almacenes (WMS, por sus siglas en inglés).
Integración de sistemas: Es crucial integrar los sistemas de trazabilidad de activos con otros sistemas de la cadena de suministro, como sistemas de gestión de inventario, sistemas de gestión de pedidos y sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP), para garantizar una visión completa y en tiempo real de la logística.
Cumplimiento normativo: En muchos sectores, existen regulaciones y estándares que requieren la trazabilidad de activos, especialmente en industrias como la alimentaria, farmacéutica y de productos químicos. Cumplir con estas normativas es fundamental para garantizar la calidad y seguridad de los productos.
Análisis de datos: Los datos recopilados durante el seguimiento de activos pueden ser analizados para identificar áreas de mejora en la cadena de suministro, optimizar rutas de transporte, prevenir pérdidas y reducir costos operativos.